lunes, mayo 24, 2004

23 de mayo de 2004

Acto de clausura de la Feria del Libro. Homenaje a Manuel Vázquez Montalbán. Alcorcón (Madrid)
La lluvia percutía con energía sobre la lona de la carpa bajo la que nosotros probábamos sonido unas horas antes de la actuación. Las semifusas que marcaban las gotas apenas nos permitían escuchar las instrucciones del técnico de sonido y los escalofríos se extendían por la piel de la cantante: frío de la brisa húmeda, frío de nervios.
Los carteles que anunciaban el concierto, se despegaban de las paredes, ya empapadas, cuando nos acercábamos, por las calles vacías, hasta un bar para calentar los ánimos. Previendo una magnífica audiencia de sillas vacías, a Celedonio no se le ocurrió otra cosa que anunciar el concierto a golpe de campanazo en el bar del avituallamiento. Cortó la música empezó a agitar una campana para llamar la atención y con su tremenda voz de rapsoda, convocó a todos los asistentes al recital. La sorpresa fue mayúscula, no sólo de los clientes que tomaban sus hamburguesas, sino de los propios músicos. Pero más inesperado resultó que el propietario del bar nos invitase a una ronda y nos propusiera tocar allí mismo, en el CheBar de Alcorcón. (Las dos fuentes de patatas ali-oli que se tomó el flautista también nos dejaron boquiabiertos).
Así de atalantados caminamos con calma hasta la carpa, que permanecía tan vacía como las casetas de la feria y como las calles de la ciudad. Sin embargo debía ser la noche de las sorpresas porque cuando comenzamos a desgranar el Take Five con el que abrimos el concierto, ya no quedaba ni un asiento libre y la gente se tenía que situar, de pie, al final de la sala. Hasta ciento sesenta personas contó Roberto en un momento que no soplaba su saxo.
Teníamos miedo, todo jugaba en nuestra contra:
Jero, nuestro bajista habitual, no pudo acudir a esta cita y tuvimos que buscarle un sustituto. Armando aceptó amablemente la invitación y, a pesar del tremendo lío en que le metimos, con poco tiempo para preparar todos los temas, demostró que elegimos bien.
También nos asustaba el repertorio en el que abundaban canciones lentas y novedades no rodadas en público. Sin embargo, conseguimos una linea ascendente que terminó poniendo al público en pie aplaudiendo enfervorizado el Straight no chasser con el que nos despedimos.
No eran fáciles los poemas del homenajeado, Vázquez Montalbán, otro motivo de duda. Sin embargo Celedonio realizó una magnífica elección, además de su habitual interpretación soberbia, con la que logró captar la atención de la audiencia durante las narraciones de los bellos textos.
Los nervios, las meteduras de pata (que las hubo), el frío, la lluvia, la hora extraña, todo se evaporó con el calor de los acordes, con la magia de las melodías, con la dulzura de la voz, con la fuerza de los ritmos, con la riqueza de los solos y, por supuesto y más que nada, con los aplausos encendidos que el público nos regaló.
Esta es la música que sonó:1. Take Five. 2. The days of wine and roses. 3. A night in Tunisia. 4. Misty. 5. Autumn Leaves. 6. All of me.
Bises: Beautifull Love, Something (George Harrison), Straight no chasser (Thelonius Monk)
Y estos los poemas:
Nada quedó de abril de “Una educación sentimental”.
In memoriam de “Una educación sentimental”.
Como si fuera esta noche la última vez de “A la sombra de las muchachas sin flor”.
Nadie puso fin de “Pero el viajero que huye”.
Ya estaban aquí de “Praga”.
Definitivamente nada quedó de abril de “Pero el viajero que huye”.

domingo, mayo 09, 2004

8 de mayo de 2004

Sala Polivalente del Centro Cultural Federico García Lorca. Rivas Vaciamadrid (Madrid).

Jornada de fiesta, jornada de estrenos, jornada de invitados. Las Juventudes Comunistas de Rivas celebraron un acto por la recuperación de la memoria histórica y como colofón de los actos programados acudieron Jazz Lemon y Celedonio Macías para ofrecer su espectáculo habitual de jazz desenfadado y poesía comprometida.

La banda estrenaba sección de vientos. Este concierto supuso la presentación en escena de Alejandro a la flauta travesera y de José Carlos al clarinete. La acogida del público que llenaba la sala nos confirmó que las incorporaciones han merecido la pena y que el nivel del grupo ha subido con los nuevos miembros. También el batería estrenó instrumento, gracias al cual consiguió un sonido más elegante.

Entre el público se encontraban algunos amigos del grupo y no pudimos resistir la tentación de invitarlos a subir al escenario. Así, Nicolás con su darbouka aportó un fantástico aire tunecino al tema de Dizzy Gillespie, A night in Tunisia. Tanto que, cuando volvamos a interpretarlo sin él nos parecerá estar ante una mesa coja.

Como fin de la fiesta en que se convirtió el concierto teníamos guardada una sorpresa que sólo habíamos ensayado en un par de conversaciones telefónicas. Una vez terminado todo el repertorio previsto, con bises incluídos, llamamos al escenario a César, amigo y cuentacuentos. Presentó la historia acompañado por la flauta de Alejandro con unos compases de una canción tradicional de la Guerra Española. La historia de César estremeció no sólo al público asistente sino incluso a los propios músicos que la cerramos con una versión swing del himno republicano.

El público entusiasmado no dejaba de pedir otro tema más y los músicos no quisimos resistirnos.

1. All blues. 2. There will never be another you. 3. Misty. 4. A night in Tunisia. 5. Chain of fools. 6. Beautyful love. 7. Autumn Leaves.
Bises
Straight no chaser. All of me. Himno republicano. All of me.

Algunas fotos del concierto.