jueves, junio 22, 2006

II Foro Social Mundial de las Migraciones

Preparando el escenario bajo un sol implacable.Rivas (Madrid).
Han pasado varios días desde el concierto que dimos en la Fiesta de Bienvenida a los participantes en el II Foro Mundial de las Migraciones y aún seguimos recibiendo felicitaciones. Honestamente sabemos que no fue para tanto. Cierto que tampoco salió tan mal pero hemos tenido noches mejores.
Sabemos que al público las circunstancias le importan poco y lo que quiere es escuchar un buen concierto. También nosotros queremos ofrecer calidad sin tener que dar explicaciones pero las luces ya se han apagado y aquí no hay música, sólo palabras.
Después de una intensa primavera de actuaciones que no nos dejó hueco para preparar nuevo repertorio, la sección de viento causó baja técnica en la formación y durante varias semanas les perdimos la vista y el rastro. "El día 22 vamos" aseguraban casi al unísono a cientos de kilómetros de distancia pero la fecha se aproximaba y no encontrábamos ocasión de reunirnos todos juntos siquiera para seleccionar el repertorio. Cuando no faltaba uno desaparecía el otro y así semana tras semana. Cuando sólo faltaban apenas unas horas, logramos ensaJero y Pachón sonríen a pesar del calor, a pesar de los pocos ensasyos, a pesar de..., a pesar de...yar un día con uno de los solitas y otro día con el otro. Ante esta situación de no encontrarnos todo el grupo junto en el local desde... desde... (¡maldita memoria de pez!), decidimos cambiar casi todo el repertorio eliminando de la lista los temas más arriesgados que, por lógica, son los más interesantes y los más "Lemon". Los últimos ensayos de emergencia no resultan tan mal como nos temíamos pero, escasas horas antes del comienzo, los metales nos dicen que imprevistos imponderables les impiden acudir a la prueba de sonido pero que llegarán a tiempo para el concierto. "¿Dónde están los vientos? que ya sólo faltan sus micros" preguntaban los técnicos de Glup media hora antes de la hora "H". Eso mismo nos gustaría saber a nosotros pero aseguran que llegarán.
Y mientras duraba la incertidumbre, nosotros a beber cerveza de la que los organizadores, la Asociación Guanaminos sin Fronteras, cedían libremente a todos los asistentes, que para algo celebrábamos una fiesta de bienvenida.Lemon, Sri Lanka y Guanaminos.
Llegó el momento. Todo a punto. Suena la careta de presentación y los primeros compases, ya clásicos en nuestras aperturas, del Satin Doll. Comienza el espectáculo... y el calor. Espero que estuviésemos guapísimos con los focos que nos plantaron detrás porque nos hicieron sudar la gota gorda. Tanto que en algunos momentos creímos desfallecer. Creo que ese calor insufrible nos hizo acelerar el tempo de la mayoría de los temas como si, inconscientemente, quisiéramos terminar pronto para marchar a refrescarnos.Todo listo. y eso que, por otra parte, se estaba bien a gustito allá arriba porque a la temperatura del tungsteno y el recién estrenado verano había que añadir la del público, bastante más agradable y menos sofocante.
Un público que, sin pedirlas y sin que se las diéramos, pareció entender todas nuestras explicaciones silenciosas y parte de ese calor que devolvimos todo lo bien que supimos en forma de canción. Por eso, al finalizar aclamaron un sentido "otra" que compensamos con ganas a pesar de -y es absolutamente cierto- no tener preparado.
Recuperamos un clásico de nuestro repertorio olvidado en el cajón de los viejos temas, My Favourite things porque, tal y como presentamos, una de nuestras cosas favoritas es regalar canciones desde lo alto de un escenario. Con ganas e ilusión comenzamos a tocar hasta que, de repente y sin previo aviso, empezó a sonar por monitores un tema de Manhattan Transfer. Nos miramos sorprendidos sin comprender qué estaba pasando y seguimos con el tema previsto esperando que cortaran la música grabada. Como no cesaba, la base rítmica tratamos de seguir el compás de la música enlatada. No comprendíamos nada. La cantante se retiró del micrófono. El pianista levantó las manos. El flautista trató de improvisar una melodía en el tono apropiado... vanos intentos de mantener el tipo que apenas duraron unos minutos. Todos pensamos que aquella era una manera poco elegante de echarnos del escenario y por un momento toda la ilusión del concierto se nos vino abajo. Creímos que esa misma música la estaría escuchando todo el público y balbuceamos una explicación poco convincente ya que nosotros mismos carecíamos de respuesta. Ellos no entendían nada y aplaudían porque, después lo supimos, esa música sólo la escuchábamos nosotros. Tan pronto conocimos la explicación tratamos de exponerla pero para entonces ya se habían marchado gran parte de los asistentes. El técnico, muy profesional y eficiente hasta ese momento nos pidió mil disculpas aunque ya daba igual porque el mal estaba hecho y no había marcha atrás.
Como tampoco la habría para la marcha de Alex que, terminado el concierto, nos comunicó que abandona el grupo. Una marcha, no por temida y esperada menos lamentada pues los años compartidos con este excelente flautista han sido de los mejores del grupo. Casi con lágrimas en los ojos nos abrazamos y deseamos felicidad en los nuevos proyectos.
En su caso ya en marcha, pues seguirá soplando para los compañeros de No Reply. En nuestro caso por venir, pues nos embarcamos en la ardua tarea de encontrar sustituto mientras preparamos los temas del nuevo repertorio que empezaremos a rodar a la vuelta del verano con energías renovadas.
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